Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

Hoy, hace quince años

"Dile que lo quiero, dile que me muero de tanto esperar" No recordaba cuánto duele… y no sé si me duele la nostalgia por lo que se ha ido o por lo que fui. Recordar aquel año es recordar un deambular sin calma; el antes y el después de su estancia: mis pasos lentos, mi mirada ansiosa, mis oídos sordos de tanto escuchar las mismas canciones como si al hacerlo la espera fuera menos desquiciante y la despedida no llegara nunca. “Reloj no marques las horas porque voy a enloquecer…”, repetía en mi cabeza una y otra vez la mañana del 2 de mayo; ese domingo soleado, el día de su partida, tan distinto a los días nublados previos al concierto. Acodada en la barda de la azotea, sin dejar de mirar al cielo y sin poder contener el llanto cuando el motor de alguna aeronave llegaba a mis oídos, oraba por un milagro: que por alguna razón él no se subiera a ese avión y se quedara aquí por siempre. Verlo a unos cuantos metros había sido como si el tiempo hubiera detenido su marcha,